La memoria es una función cognitiva fundamental para nuestra vida cotidiana. Nos permite recordar información, experiencias y habilidades que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, y utilizarlas para tomar decisiones y resolver problemas. Sin embargo, la memoria también puede ser un fenómeno complejo y enigmático, y su estudio ha sido objeto de interés y debate en la psicología y otras disciplinas científicas.
En este post, exploraremos algunos de los conceptos fundamentales de la memoria, incluyendo cómo funciona, los diferentes tipos de memoria, y algunos de los factores que pueden afectar nuestra capacidad para recordar. También revisaremos algunas de las técnicas y estrategias que se utilizan para mejorar la memoria, así como algunas de las aplicaciones prácticas de la memoria en la vida cotidiana.
En definitiva, este post busca brindarte una visión general de la memoria, su importancia y algunos de los aspectos que debemos considerar para entenderla mejor y aprovecharla al máximo en nuestra vida diaria.
¿Qué quieres saber sobre la memoria?
¿Qué es la memoria?
La memoria es una de las funciones cognitivas más importantes del ser humano. Es el proceso mediante el cual adquirimos, almacenamos y recuperamos información y experiencias del pasado. La memoria es esencial para nuestra vida diaria, ya que nos permite recordar eventos importantes, aprender nuevas habilidades y conocimientos, y adaptarnos a nuevas situaciones.
Desde una perspectiva neurológica, la memoria se relaciona con la actividad del cerebro. Las diferentes áreas del cerebro, como el hipocampo y la corteza prefrontal, trabajan juntas para procesar, almacenar y recuperar la información. Existen diferentes tipos de memoria, cada uno con características y procesos específicos.
La memoria a corto plazo es aquella que nos permite recordar información durante unos pocos segundos o minutos. Es una memoria limitada en capacidad y tiempo, y puede ser fácilmente olvidada si no se refuerza o se repite.
La memoria a largo plazo, por otro lado, es aquella que nos permite recordar información durante días, semanas, meses o incluso años. Se compone de dos tipos principales: la memoria declarativa y la memoria no declarativa. La memoria declarativa es la que utilizamos para recordar hechos y eventos, y se subdivide en memoria semántica y episódica. La memoria no declarativa, por otro lado, es la que utilizamos para recordar habilidades y procedimientos.
La memoria puede ser afectada por diferentes factores, como la edad, el estrés, las lesiones cerebrales y enfermedades como el Alzheimer. Afortunadamente, existen técnicas y estrategias que podemos utilizar para mejorar nuestra memoria, como la repetición, la asociación y la organización.
En resumen, la memoria es una función cognitiva esencial para nuestra vida diaria. Comprender cómo funciona y cómo podemos mejorarla puede tener un impacto positivo en nuestra capacidad para recordar información importante y adaptarnos a nuevas situaciones.
¿Qué es la memoria según diferentes perspectivas?
El estudio e investigación de la memoria siempre fue un tema que ha interesado a la psicología, incluso desde los tiempos de Wundt, cuando creó el primer laboratorio de psicología experimental. El objetivo central de la investigación se sostiene sobre dos preguntas principales:
- ¿Qué es?
- ¿Cómo se puede medir y cuantificar a través de la experimentación?
Con el fin de dar una respuesta a estas dos incógnitas diversos investigadores han planteado sus hipótesis, definiciones y conceptos. Las perspectivas más relevantes son:
1. Perspectiva biológica
La perspectiva biológica destaca porque en su definición incluye a todos los organismos y no solo a los seres humanos. Define a la memoria como la capacidad que poseen todos los organismos de adquirir, retener y utilizar la información o el conocimiento. A su vez, considera que es una capacidad que ocurre tanto de manera voluntaria como involuntaria.
2. Perspectiva histórico-cultural
Desde esta perspectiva la memoria individual es considerada como una memoria social y como un factor importante en la constitución de la identidad de las personas.
Afirma que la memoria se conforma a partir de las relaciones sociales, y que el lenguaje y la comunicación tienen una gran influencia en su constitución.
Además a la memoria se la considera como un proceso y un producto de significados compartidos, que se va construyendo a través de la acción conjunta con otros seres humanos en un contexto socio-histórico.
3. Perspectiva conductista
Para el conductismo la memoria es una conducta. Afirman que en ella se produce la asociación entre un estímulo y una respuesta. Hace énfasis en la experiencia sensorial, en los sentidos, porque consideran que la asociación entre estímulo y respuesta se lleva a cabo por medio de las sensaciones.
Para esta perspectiva el proceso de la memoria está constituido por 5 etapas: 1) el ingreso de la información, 2) la codificación, 3) la conservación, 4) el mantenimiento y, 5) la recuperación de la información.
En resumidas cuentas esta perspectiva considera que la memoria es una conducta que se produce gracias a un estímulo y una respuesta. El estímulo son las sensaciones y la respuesta está constituida por las 5 etapas del proceso que nombre anteriormente.
4. Perspectiva cognoscitiva
Referentes del constructivismo como Piaget describen la memoria desde una postura cognoscitiva, en la cual, la memoria se define como:
La conservación de todo lo adquirido en el pasado mediante el aprendizaje y la percepción convertido en esquema.
Piaget s/f, en op. cit., 2007
Para Piaget, los esquemas se forman con los hábitos y las operaciones superiores.
5. Perspectiva Cognitiva
La perspectiva cognitiva, al igual que la conductista, considera a la memoria como un proceso comprendido por: el ingreso, la codificación, el almacenamiento y la recuperación de la información. La diferencia que tiene con el conductismo es que no relaciona este proceso con las sensaciones, sino que lo hacen con funciones como la percepción, el lenguaje, el aprendizaje, el pensamiento, etc.
El individuo es considerado un procesador activo, que no recibe pasivamente la información de su entorno, sino que la elabora en función de los contenidos que ya posee. Sostiene que cuando un sujeto aprende algo nuevo, lo va a significar en función de sus conocimientos, historia personal y con sus experiencias previas.
El énfasis está puesto en los procesos internos, en conocer qué es lo que le ocurre a la persona, cuando adquiere nuevos conocimientos y de este modo, las asociaciones que realice son “de contenido», superando la relación estímulo-respuesta, que se manifestaba para los conductistas como una correspondencia vacía.
Referencias
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